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¿Has pensado alguna vez en pasar de ser autónomo a constituir una Sociedad Limitada? ¿Tienes claro cuándo debes hacerlo y cuándo no debes hacerlo? ¿Sabes cuáles son las ventajas y desventajas de una SL con respecto al autónomo?
Si buscas la respuesta a alguna de estas preguntas, has llegado al lugar correcto. Hoy te contaré cuándo pasar de autónomo a Sociedad Limitada y por qué, llegado el momento, es mucho mejor optar por esta opción.
Y tienes además este Especial Informativo fruto de la colaboración entre el Diario Autónomos y Emprendedores y la asesoría Ayuda T Pymes con todas las respuestas e información mucho más detalllada.
Cuándo interesa pasar de autónomo a SL
Lo principal es saber en qué estado se encuentra tu negocio, viendo si está o no subiendo como la espuma.
Cuando veas que los ingresos netos aumentan junto con el nivel de facturación, este puede ser el momento ideal para cambiar de autónomo a empresa. Pero mejor que conozcas cifras más concretas, así como otras variables que son muy importantes para tomar esta decisión.
Vamos a ver las cinco claves que nos indicarán si es conveniente pasar de autónomo a SL.
Socios
Si un autónomo se ve desbordado por el trabajo tiene que contratar o aliarse con otro freelance. Si esa relación continua a lo largo del tiempo, es probable que se quiera repartir el trabajo, obligaciones y responsabilidades.
Como autónomo es imposible hacerlo, pero como Sociedad Limitada se puede constituir la sociedad y repartir el capital, porcentaje y obligaciones de cada uno.
Además, en caso de que en un futuro haya problemas, todo estará firmado, pactado y en papel, lo que ahorrará más de un problema por el clásico “yo dije que…“.
Facturación
¿Te preguntas a partir de qué nivel de facturación conviene crear una SL? Generalmente, cuando tus ingresos superan los 100.000 €, es el momento ideal. A partir de esa cifra, probablemente tendrás proveedores con grandes gastos, y al constituir una sociedad estarás protegido si las cosas no van bien. En una SL, la responsabilidad es limitada, por lo que tu patrimonio personal no estará en riesgo si llegas a acumular deudas.
Trabajadores
Cuando tu equipo crezca a 4 o 5 trabajadores, será conveniente convertirte en SL. Al igual que con la facturación, hay más probabilidades de contraer deudas con empleados, y una sociedad te ofrece la seguridad de proteger tu patrimonio personal en caso de problemas.
Beneficios
Si tus beneficios superan los 40.000 €, te convendrá pasar a SL. Desde el punto de vista fiscal esto te beneficiará, ya que en lugar del IRPF de hasta el 47% que pagan los autónomos, las empresas tributan el 25% ( e incluso menos bajo ciertas condiciones).
Colaboraciones
Además, ser una SL mejorará tu imagen ante otras empresas para colaboraciones o en licitaciones públicas. La presentación de libros y cuentas anuales genera transparencia, y cualquier empresa podrá consultar tu solvencia en el Registro Mercantil, lo que aumenta la confianza.
Si no cumples con todos los requisitos, no te preocupes: con cumplir solo uno de ellos ya es suficiente para plantearte el cambio a SL.
De autónomo a Sociedad Limitada, ¿Qué cambia?
En el sentido de la fiscalidad, pasar de autónomo a empresa es una opción muy interesante cuando pretendemos reinvertir el beneficio, ya sea directamente para hacer crecer el negocio o para la realización de otro tipo de inversiones.
El dinero que ahorras como Sociedad Limitada al liquidar los impuestos supone una mayor cantidad de recursos disponibles para hacer crecer tu negocio 💰
Si pretendemos “retirar” todo el beneficio de la Sociedad Limitada hacía el socio, ya sea por reparto de dividendos, emisión de facturas socio-sociedad o mediante nómina, al final acabaremos tributando por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas en lugar de por el Impuesto sobre Sociedades, por lo que en este caso no tendría sentido la constitución.
Características principales de una Sociedad Limitada
Las características principales de una SL son las siguientes:
- Constitución: se deben firmar estatutos y una escritura pública ante notario y entregarlos en el Registro Mercantil con las aportaciones de cada socio y porcentajes de capital correspondientes. Es un gasto que asciende a unos 300-600 € dependiendo del notario.
- Personalidad jurídica: Una vez constituida la SL obtiene la personalidad jurídica, esto significa que a efectos legales y fiscales se considera que la sociedad tiene plena capacidad para contraer obligaciones y ejercer actividades que generan responsabilidad frente a terceros e incluso frente a sí misma, es decir la SL se considera “una persona” totalmente diferenciada de los socios que la constituyan.
- Socios: una SL está formada por un número de socios (o un solo socio) que gestionan la empresa, entre los cuales pueden existir diferentes responsabilidades (solidaria o limitada al capital aportado) y clases (trabajadores o capitalistas).
- Denominación Social: se debe registrar un nombre único en el Registro Mercantil Central con la abreviatura SL al final del mismo.
- Capital social: dinero o bienes invertidos en la empresa, que deben sumar un mínimo de 3.000 €. Pueden aportarse los 3.000 € en dinero o a través de diferentes bienes como un ordenador, un local o cualquier otro bien valorado por los socios. Ese capital se divide a través de participaciones de los socios con diferentes porcentajes. Aunque cabe destacar que desde 2022 es posible constituir una SL con una aportación inicial de sólo 1 euro mientras se cumplan determinados requisitos.
- Domicilio Social: lugar en el que se encuentra la empresa en España.
- Objeto Social: actividad de la empresa o actividades, que suele ser lo más habitual. Se debe intentar añadir un número amplio de actividades para evitar tener que hacer gastos administrativos después para aumentar esta lista.
- Administración y gestión: la SL puede ser administrada por un administrador único, por administradores solidarios (todos actúan por cuenta propia y afectando a todos), mancomunados (actuación conjunta) o por un consejo de administración (3 o más administradores).
- Responsabilidad de la gestión: recae al 100% sobre los administradores. Los socios no tienen por qué ser responsables de gestionar la SL, ya que puede que solo hayan aportado capital.
- Junta General: junta para toma de decisiones de la empresa, que se convoca con la frecuencia que se estime oportuna y al menos una vez cada 6 meses. Sirve para aprobar las cuentas anuales, reparto del resultado, modificaciones de estatutos, ceses y nombramientos de administradores, etc.
Ventajas de pasar de autónomo a Sociedad Limitada
Vamos con la pregunta clave. ¿Qué motivos pueden llevar a un autónomo comenzar a pensar en constituir una SL? Valora todos los siguientes:
Reducción de carga fiscal
Cuando comienzas como autónomo el IRPF que pagas puede variar desde el 19% hasta un 47,5% para las rentas más altas.
En cambio, una Sociedad Limitada tributa por el Impuesto de Sociedades y tiene una situación mucho más favorable para ingresos altos.
El gravamen general para el ejercicio 2023 está en un 25% y para nuevas sociedades puede llegar a reducirse hasta un 10% (siempre que no hayas ejercido la misma actividad como autónomo u de otra forma jurídica).
Desde luego, suena mucho mejor tributar por un 15-23% que un 47,5%, ¿verdad?
Se podría decir que estas ventajas se notan a partir de unos 40.000 € anuales de beneficios.
Pero también hay que tener en cuenta que si todos los ingresos te los vas a llevar como beneficio personal y no los vas a dejar como patrimonio de la sociedad, finalmente acabarías tributando por IRPF, por lo que no tendría mucho sentido constituir la sociedad.
Protección del patrimonio personal
Por muy superhéroe que seas, tienes que proteger lo que tienes.
Como autónomo, la protección que tiene tu patrimonio personal es cero. Si no puedes pagar tus gastos, como la cuota de autónomo, la luz de tu local o Internet, los proveedores pueden saldar sus deudas con tus bienes personales (dinero en tu cuenta bancaria, coche o tu casa).
Cuanto mayor sea el volumen de facturación, mayor será el riesgo asumido por tu patrimonio. Y a partir de los 100.000€, o en el caso de contar con trabajadores, el riesgo aumenta de manera exponencial.
En una SL hay un escudo protector de patrimonio personal. La responsabilidad de cada uno de los socios es limitada al capital aportado.
Es decir, si para constituir la Sociedad Limitada aportaste 1.000 €, ese será el dinero que arriesgues, ya que la sociedad solo responde con sus propios bienes.
Imagen y reputación
Como hemos comentado anteriormente, hay que admitir que, por desgracia, la imagen de los autónomos de cara a proveedores y grandes empresas no es muy positiva. Los freelances siguen generando desconfianza ya que de cara a la financiación, no dan las garantías que muchas entidades exigen.
Además, en sectores competentes y si se busca trabajar con grandes empresas, hay que ser Sociedad Limitada sí o sí.
Las grandes empresas necesitan saber la solvencia, garantía de suministro de información y otros datos que solo puedes conseguir en una SL, ya que hay muchos datos que como autónomos no existen.
👨🏫 Las sociedades limitadas tienen una capacidad mayor para negociar con las entidades bancarias y con grandes empresas y suelen dar una imagen de mayor confianza a proveedores y clientes.
Inconvenientes de pasar de autónomo a Sociedad Limitada
Aunque las ventajas de convertirse en SL pueden parecer tentadoras, no todo es tan sencillo. Veamos algunos inconvenientes a tener en cuenta para tomar la mejor decisión sobre cuándo pasar de autónomo a empresa.
Coste de mantenimiento elevado
Una Sociedad Limitada conlleva una gestión fiscal y contable más compleja, lo que se traduce en mayores gastos de asesoramiento.
Si tu facturación o beneficios son pequeños, puede que no te compense asumir estos costes adicionales. Sin embargo, cuando tus ingresos superen ciertos límites, los ahorros fiscales a largo plazo justificarán el cambio, y verás que haber pasado a S.L. fue la decisión más acertada.
Obligación de presentar cuentas anuales y libros contables
Cada año tendrás que presentar tus cuentas y libros ante el Registro Mercantil, lo que implica pagar tasas que, como autónomo, podrías evitar.
Además, al operar como sociedad, tendrás más burocracia y un mayor control sobre todos los procesos, lo que puede suponer una carga extra en términos de tiempo y gestión.
Conciliación bancaria y control exhaustivo de las cuentas
Como autónomo, podrías mezclar tus finanzas personales con las de tu negocio, aunque no sea lo ideal. Sin embargo, una Sociedad Limitada es una entidad jurídica independiente, lo que te obliga a separar completamente las cuentas.
Hacienda necesita un control claro sobre las entradas y salidas de fondos para asegurar que todo se hace dentro de la legalidad. Este nivel de control requiere tiempo y, por ende, más gastos.
Además, a diferencia de los autónomos, no podrás disponer libremente de los beneficios de la empresa; tendrás que esperar al reparto de dividendos o recibir tu compensación mediante una nómina.
Dificultad para realizar otras actividades económicas
Mientras que como autónomo puedes añadir fácilmente nuevas actividades a tu negocio, en una S.L. tendrás que modificar el objeto social de los estatutos para incluirlas. Esto implica trámites adicionales y gastos en asesoría jurídica, lo que aumenta tanto la burocracia como los costes.
Cómo pasar de autónomo a Sociedad Limitada
Ya sabes todo lo que necesitas para saber si te conviene pasar de autónomo a Sociedad Limitada. Por eso, te voy a resumir los pasos que tendrías que seguir para llevarlo a cabo, aunque lo mejor será que te pongas en contacto con un asesor.
Llevar la fiscalidad y todos las gestiones de un autónomo por tu cuenta, es posible, pero no es recomendable, ya que es muy fácil equivocarse y el precio que pagarás por estos errores será muy alto. Sin embargo, hacer lo mismo con una SL es una locura.
Los pasos a seguir para pasar de autónomo a SL serán los siguientes:
- Solicitar una variación de datos en la Seguridad Social para pasar a autónomo societario.
- Obtener el certificado de denominación social en el Registro Mercantil.
- Abrir una cuenta bancaria de la sociedad para ingresar el capital social correspondiente.
- Redactar los estatutos sociales, que pueden verse afectados si existe un pacto de socios previo.
- Acudir al notario para firmar la escritura pública de constitución.
- Obtener el NIF provisional que caduca a los seis meses.
- Inscribir la sociedad en el Registro Mercantil Provincial.
- Obtener el NIF definitivo.
- Darte de alta en Hacienda, mediante el modelo 036 de la actividad de la S.L.
- Si vas a tener trabajadores, tendrás que solicitar el CCC (Código de Cuenta de Cotización).
- En caso de ya los tuvieses, será el momento de subrogarlos.
Este sería un resumen de todos los pasos que tendrías que dar, como ves puede ser un lío burocrático. Por eso, Ayuda T Pymes podrá gestionarte todo este proceso para pasar a SL y crear tu primera empresa. Lo hacen a diario, por lo que su experiencia para aconsejarte no tiene precio.
