Tiempo estimado de lectura: 8 minuto(s)
Lo has decidido: te vas a dar de alta como autónomo. Tienes claro cómo hacerlo, por qué quieres hacerlo y todas las ventajas y desventajas que conlleva esta figura empresarial.
Y de pronto te preguntan: vale, ¿Qué tipo de autónomo quieres ser?
Ahí vuelven las dudas, los problemas y la incertidumbre. ¿Qué tipos de autónomos hay? ¿En qué se diferencian? ¿Qué tipo de autónomo te conviene a ti?
Si buscas respuestas para todas estas preguntas, las tienes aquí mismo. Vamos a ver qué tipos de autónomos existen y cuáles son las características de cada uno de ellos.
¿Cómo se determina la categoría de autónomo?
La clasificación de los autónomos viene dada por las características de su actividad económica.
Actualmente, hay cerca de 3,2 millones de autónomos en España, casi el mismo número de autónomos que había antes de la crisis de 2008. Todos ellos, aunque los reconocemos popularmente como autónomos, se clasifican en múltiples tipos.
¿Qué tipos de autónomos hay?
Estas son las categorías existentes de autónomos en España:
- Trabajadores autónomos.
- Profesionales autónomos.
- Autónomos societarios.
- Autónomos económicamente dependientes.
- Autónomos colaboradores.
- Autónomos agrarios.
Todos los tipos de autónomos comparten una serie de obligaciones en relación a la Seguridad Social y a la Agencia Tributaria. En concreto, deben cotizar en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) a través de módulos de estimación objetiva, salvo la categoría de artistas o deportistas. Estos cuentan con un régimen aparte que no se basa módulos, sino en una base diaria según su actividad.
Trabajadores autónomos
Autónomo que gestiona un pequeño negocio que habitualmente tiene su nombre y que puede o no tener trabajadores contratados. Suelen ser aquellos que tienen un local o un negocio local o que cotizan por actividades profesionales del IAE (Impuesto sobre Actividades Económicas).
Dentro de este tipo de autónomo hay dos subgrupos:
- Autónomos de actividades empresariales: son aquellos que cotizan por el IAE y que en muchas ocasiones también cotizan por módulos. Algunos ejemplos serían los taxistas, transportistas, hosteleros, peluquerías o gimnasios.
- Deportistas y artistas: son un grupo especial del IAE para todos aquellos que se dediquen al cine, teatro, televisión, circo, música, tauromaquia y actividades deportivas.
¿Cuándo te conviene darte de alta como trabajador autónomo? Cuando tu actividad está dentro de alguno de los epígrafes del IAE o cuando tienes un negocio físico local en tu localidad.
Profesionales autónomos
Autónomos que trabajan en profesiones liberales incluidas en el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), y pueden o no tener trabajadores a cargo. Dentro de este tipo de autónomo también hay dos subgrupos:
- Profesionales autónomos colegiados: arquitectos, psicólogos, médicos, ingenieros, farmacéuticos, veterinarios, etc. A veces no cotizan por el RETA, sino que lo hacen mediante las mutualidades con sus Colegios Profesionales.
- Profesionales autónomos no colegiados: diseñadores, traductores, maquilladores, representantes, programadores, etc. Son todos los profesionales que no tienen un Colegio Profesional pero sí están incluidos en el grupo de profesiones liberales del IAE, por tanto su alta es a través del RETA.
Aparte de esto, facturan de una manera distinta al resto de autónomos, ya que deben retener el IRPF en sus propias facturas, y el tipo de gravamen fiscal de IRPF también es inferior (un 15% o un 7% para nuevos profesionales).
¿Cuándo te conviene darte de alta como profesional autónomo? Cuando tu actividad está dentro de las profesiones liberales y vas a ser principalmente un freelance.
Autónomos societarios
El autónomo societario es aquel que regenta una sociedad, ya que su negocio tiene un buen volumen de ingresos y la figura de profesional o trabajador no es suficiente para seguir creciendo. Si quieres saber más sobre cuando cambiar de autónomo a sociedad, te recomiendo leer mi artículo “¿Cuándo debes pasarte de autónomo a S.L.?“.
Este autónomo suele ser el administrador de la sociedad, siendo este el motivo por el que está dado de alta en el RETA. Normalmente, este debe ser el paso siguiente que debe tomar un trabajador o profesional autónomo cuando sus ingresos aumentan y está teniendo éxito.
¿Cuándo te conviene darte de alta como autónomo societario? Solo cuando vayas a regentar una sociedad, ya que en caso contrario es imposible, y cuando tus ingresos anuales sean superiores a los 40.000 €.
Es importante saber que no todos los socios de una empresa están obligados a darse de alta como autónomos, y para comprobarlo te recomendamos leer el post sobre el encuadramiento de socios y administradores en la Seguridad Social.
Autónomos económicamente dependientes
Los denominados TRADE son los autónomos que trabajan principalmente para un cliente. También son denominados como los “falsos autónomos”, ya que esta figura es muy comprometida y es utilizada en muchas ocasiones por las empresas para evitar pagar los seguros sociales de los empleados.
Las características del trabajador autónomo económicamente dependiente son que factura un 75% o más a un solo cliente, que no puede tener trabajadores a su cargo y que tienen derecho a vacaciones (no pagadas). Si quieres saber más sobre este tipo de autónomo y el caso del falso autónomo, te recomiendo leer mi artículo sobre el TRADE y sobre el contrato mercantil.
¿Cuándo te conviene darte de alta como autónomo económicamente dependiente? Cuando trabajes principalmente para un solo cliente y no tengas expectativas de trabajar para muchos más. Si casi toda tu facturación depende de él, date de alta como TRADE y podrás acceder a unas ligeras ventajas con respecto a los otros tipos de autónomos.
Autónomos colaboradores
Los autónomos colaboradores son aquellos que se dan de alta para trabajar con un cónyuge o familiares de hasta segundo grado de consanguinidad de manera habitual.
La diferencia con respecto al resto de autónomos es que este tipo de autónomo no hace declaración de IVA ni pago fraccionado de IRPF. Aparte de esto, hay pocas diferencias más allá de tener unas bonificaciones distintas a la de los profesionales, TRADE o trabajadores autónomos.
¿Cuándo te conviene darte de alta como autónomo colaborador? Cuando tu principal objetivo sea trabajar con tu pareja o con algún familiar en su negocio local y no tengas pensando hacer ningún otro trabajo extra.
Autónomos agrarios
Autónomos dedicados a actividades agrícolas y que cotizan por un régimen especial llamado SETA (Sistema Especial para Trabajadores por Cuenta Propia Agrarios).
El autónomo agrario es un mundo aparte con respecto a los otros 5 tipos de autónomos ¿Cuándo te conviene darte de alta como autónomo agrario? Cuando trabajes de manera exclusiva en una actividad agrícola.
En total hay 6 tipos de trabajadores autónomos, aunque realmente no se puede posible elegir entre todos ellos. Es decir, a la hora de ser autónomo las opciones se limitan a: trabajador autónomo, profesional autónomo o TRADE (Autónomo económicamente dependientes), ya que el resto de tipos son obligatorios si quieres tener una sociedad, trabajar en un negocio familiar o en el mundo agrícola.
Lo más habitual es estar en el grupo de los profesionales o trabajadores y, de hecho, la mayoría de bonificaciones y ventajas son para estos dos grupos. Si quieres que te eche una mano para darte de alta como cualquiera de ellos…
Tipos de autónomos y cuotas
Desde el 1 de enero de 2023 la cuota de autónomo queda establecida por el sistema de cotización para autónomos en función de sus ingresos reales.
Este sistema de cotización de los autónomos es progresivo, en el que los autónomos con menos ingresos disminuyen su cuota y los que ganan más se les incrementa. Se establecen 15 tramos diferentes de cotización.
Se mantiene la tarifa reducida pero pasa a ser de 80 euros durante los primeros 12 meses independientemente de sus ingresos y en los siguientes 12 meses puede mantener esta cuota si sus ingresos se encuentran por debajo del salario mínimo interprofesional.
En el caso de los autónomos societarios para sus ingresos reales se tiene en cuenta los rendimientos derivados de su sociedad, los rendimientos del trabajo derivados de su actividad en la empresa y los rendimientos que pueda obtener de su propia actividad económica. Estos también pueden beneficiarse de la cuota reducida.
¿Cuáles son trabajadores autónomos?
Los autónomos son las personas físicas que realizan un trabajo por cuenta propia, habitual, a título lucrativo y sin ser asalariado en una empresa.
La principal diferencia entre un autónomo y un trabajador por cuenta ajena es que, mientras el trabajador asalariado tiene unos ingresos fijos, el autónomo depende de sus facturas emitidas. Además, el autónomo tendrá otras obligaciones como presentar impuestos anuales y trimestrales o llevar la contabilidad de su negocio.
El trabajador por cuenta ajena está sujeto al rendimiento de su empresa y puede verse afectado si la empresa cesa la actividad o prescinde de sus servicios. Y, en el caso del autónomo, si pierde un cliente siempre tiene la posibilidad de buscar a otros nuevos o cambiar de sector.
El trabajador por cuenta ajena se rige por unos horarios, objetivos y exigencias que le marcan a diario su ritmo de trabajo, mientras que un trabajador por cuenta propia es su “propio jefe”. Es decir, él mismo organiza su tiempo y sus tareas sin seguir indicaciones de un cargo superior.
Tipos de autónomos que no llegan al salario mínimo
Hay trabajadores por cuenta propia que no llegan al Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en todos los sectores profesionales.
- Trabajadores a tiempo parcial con un número de horas limitado que, a su vez, también son empleados de una empresa. O bien solo trabajan por cuenta propia, pero lo hacen de manera esporádica, unas pocas veces al año.
- Autónomos que están en crisis con su actividad económica.
- Trabajadores sin muchos clientes o pocas ganancias generadas.
- Nuevos emprendedores que todavía no alcanzan el salario mínimo y que están consolidando poco a poco su negocio.
Estas situaciones hacen que muchas personas piensen que no les compensa pagar la cuota de autónomo, por lo que mayoría opta por ser parte de la economía sumergida. Pero ¡ojo! esa decisión puede suponer problemas legales si no se cumplen unos requisitos.
Si te encuentras en alguna de estas circunstancias, te recomiendo que eches un vistazo a este artículo «Facturar sin ser autónomo ¿es posible o no?».
Para evitar riesgos, estos autónomos podrían concentrar sus facturas para emitirlas todas en determinados meses en los que tramiten el alta. Aunque no es conveniente abusar de las altas y bajas porque puede conllevar una inspección.
