De entre todas las etapas del proceso de traspaso de negocios, la valoración de empresas es quizá la parte que más consideración merece, ya que tanto comprador como negociante intentan sacar el mayor provecho de dicha transacción.
Los factores a considerar a la hora de asignar un precio a cualquier asesoría suelen ser muchos, y es importante tener en cuenta la manera en cómo estos deben gestionarse para que la aplicación de los métodos de cálculo sea efectiva. Será imprescindible establecer una diferencia entre los conceptos de valor y precio, asesorados siempre bajo una empresa especializada en este tipo de estrategias de mercantilización.
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Entendiendo los riegos: Valor no siempre deberá ser sinónimo de precio
En el mundo de las negociaciones de traspasos, ambos términos han sido utilizados como si se tratasen de nada más que de virtuales e inseparables sinónimos de un misma actividad. Sin embargo, de acuerdo con las últimas estimaciones de expertos en matemática financiera, todo precio absoluto de venta de una entidad en particular debe estar libre de toda clase de consideraciones subjetivas que eleven el precio neto de la misma.
De esta manera, el valor pasa a estar constituido por el esfuerzo que el emprendedor ha puesto sobre la constitución de su proyecto, su respectiva competitividad, las técnicas de marketing, cartera de clientes, así como los diversos proveedores obtenidos. Es decir, de todo aquello de lo que dependen esencialmente las relaciones humanas encauzadas dentro de un establecido marco moral. El precio será por tanto la traducción de todos estos parámetros anteriores en términos que denoten una precisa y correcta rentabilidad.
El proceso de negociación deberá ser recomendablemente gestionado por una sociedad economista capaz de aportar una valoración imparcial del precio del mismo. En este caso, para el comprador lo más recomendable es realizar una oferta en la cual se le asigne un valor monetario. Para el vendedor, si bien su primera intención es otorgar un precio significativo, lo más recomendable será siempre un valor aproximado al 25% de la facturación anual.
¿Cuáles son las técnicas de valoración de empresas y según el caso cuáles deben ser aplicadas?
Indiscutiblemente, las estrategias mediante las cuales es posible asignarle un valor comercial a toda asesoría son muchas, sin embargo, debido a que el espectro rentable de cada una de ellas varía según su trayectoria, se suelen utilizar una gama de tácticas que varían desde aquellas que son de aspecto clásicos, mixtos y de métodos de innovación.
Entre los métodos clásicos es posible establecer dos de ellos en su totalidad, como lo son el de cálculo del valor sustancial o la llamada aproximación de beneficios históricos descontados.
El valor sustancial establece en su fórmula al valor neto total de una empresa como la diferencia que existe entre el potencial absoluto de activos y la sumatoria de todos las potencialidades pasivas. El método de beneficios descontados, por su parte, calcula su valor estableciendo una relación entre el interés que el comprador formula para su venta y el valor predicho por la tasa de crecimiento en un lapso de 3 a 5 años.
El resto de estrategias se basan en la visualización de la misma como un notable proyecto de inversión, creando un híbrido entre las estrategias ya mencionadas o contabilizando la rentabilidad de la tasa de actualización presentada por el fondo de comercio.
Por último, es vital nunca dejar de lado la fiabilidad de los antecedentes. El precio final de tu asesoría podría venir en base a un promedio en general comparativo de todas las empresas vendidas en años anteriores a tu negociación.