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Cómo montar un hotel en 5 pasos | Rural o pequeño

Para montar un hotel no es necesario que tengas un cheque en blanco preparado. De hecho, cada vez más gente se lanza al sector apostando por hoteles pequeños o rurales con una propuesta de valor diferente.

Ya sea porque tienes una casa en el campo, sueñas con rehabilitar una antigua casona o, simplemente, quieres empezar algo propio, este post es para ti.

Te voy a explicar cómo montar un hotel rural o pequeño en 5 pasos.

¿Es rentable montar un hotel?

Sí, es rentable tener un hotel. Pero no es magia, sino trabajo duro lo que hará que sea rentable.

Según los datos del INE, los alojamientos rurales en España no han parado de crecer, superando los 2,5 millones de viajeros en turismo rural. La ocupación media es del 27,6%, que llega a rozar el 60% en temporada alta. Así que sí, hay mercado y demanda.

En el caso de los hoteles pequeños, su mayor fortaleza está en la propuesta de valor: atención personalizada, el diseño cuidado, la experiencia local y la posibilidad de adaptarse mejor a nuevas tendencias como el turismo de bienestar, el slow travel o el turismo sostenible.

Una media de facturación realista para un hotel rural es de 50.000 a 100.000 euros al año, con un margen del 20 al 30 %, dependiendo del nivel de servicios que ofrezcas. Esta facturación media es la misma que ronda los hoteles pequeños, exceptuando sus márgenes que rondan el 15 y el 30 %, dependiendo de la ubicación, el modelo de negocio y cómo se gestione.

¿Cuándo empieza a ser rentable? Lo habitual es que a partir del tercer año, si el plan de negocio ha sido sólido desde el principio y no se ha disparado la inversión inicial.

No te preocupes que te voy a dar todas las claves para que tu hotel sea un éxito.

Modelos de negocios para montar un hotel

Vamos a empezar por lo que marcará el resto de pasos: definir el modelo de negocio. Porque no todos los hoteles funcionan igual ni tienen por qué hacerlo.

En el caso de un hotel rural o uno pequeño, elegir bien el enfoque puede marcar la diferencia entre sobrevivir o llenar temporada tras temporada.

Estos son algunos modelos que puedes aplicar o combinar:

  • Hotel tradicional con alojamiento y desayuno (B&B). Lo clásico. Ofreces alojamiento y desayuno incluido, y punto. Perfecto si quieres simplificar la gestión, reducir costes operativos y enfocarte en el trato del cliente.
  • Alojamientos con experiencias. Cada vez más viajeros buscan algo más que una cama cómoda. Puedes ofrecer talleres, rutas guiadas, catas, actividades en la naturaleza o colaboraciones con negocios locales.
  • Hotel temático. Crea un concepto diferenciado, puede ser rural chic, naturaleza salvaje, gastronomía, etc. La decoración, el storytelling y los detalles lo son todo.
  • Hotel autoservicio o self check-in. Minimiza el personal y apuesta por la digitalización con reservas online, acceso con código o app, y servicios sin contacto. Este modelo necesita una buena infraestructura tecnológico, pero te permite reducir costes y operar con más eficiencia.
  • Hotel pet friendly o familiar. Especializarte en un tipo de cliente concreto también es un modelo en sí mismo. Puedes orientar tu alojamiento a familias o a quienes viajan con mascota, un perfil en crecimiento y muy fidelizable.
  • Eco-hotel o alojamiento sostenible. Si tu alojamiento está en plena naturaleza, este modelo puede ser una ventaja competitiva. Energía renovable, productos de cercanía, arquitectura bioclimática, y demás. Ideal para atraer a un público comprometido con el medio ambiente.
  • Hotel + coworking o teletrabajo rural. Perfecto si tienes un espacio tranquilo, buena conexión a internet y un entorno que invite a quedarse más de dos días. Cada vez más profesionales buscan sitios donde trabajar remoto y desconectar al mismo tiempo.

Como ves, no se trata solo de abrir un hotel, sino de diseñar cómo quieres que funcione y para quién. Cuanto más claro lo tengas, más fácil será tomar decisiones sobre decoración, precios, comunicación y estrategia.

Cuánto cuesta montar un hotel

Lo siento mucho, no voy a decirte cómo montar un hotel sin dinero. De hecho, te diría que es imposible. Pero tranqui, porque no vas a tener que gastar millones.

El presupuesto va a depender de muchos factores, si partes de un local vacío o una casa antigua, si vas a comprar el terreno o ya tienes un edificio, si lo haces todo tu o contratas a un arquitecto…

Por eso, este apartado te lo voy a dividir según el tipo de hotel que quieras montar.

👉 Recuerda que son número aproximados.

Cuánto cuesta montar un hotel rural

Montar un hotel rural puede parecer más sencillo, sobre todo si tienes una casa heredada o un terreno en el pueblo, pero no te confíes: el campo también pasa factura.

Eso sí, en comparación con un hotel urbano, los costes suelen ser más bajos y la normativa algo más flexible, dependiendo de la comunidad autónoma.

La inversión total va a variar mucho por lo que te comentaba antes, pero el presupuesto mínimo suele rondar los 66.500 € y puede llegar hasta los 214.000 € si partes desde cero.

Te lo desgloso en forma de lista:

  • Adquisición o rehabilitación del inmueble. Depende si es tu propiedad, si hay que hacer obra integral o solo una reforma estética. (40.000 € – 150.000 €)
  • Licencias y permisos municipales. Más adelante te amplío la información, pero aquí entrarían la licencia de actividad, de obras, de apertura, el impacto ambiental si aplica, etc. (1.000 € – 5.000 €)
  • Decoración y mobiliario. Aquí puedes jugar con estilo y reutilización, pero no escatimes en camas y baños, son lo más importante. (10.000 € – 25.000 €)
  • Instalaciones (agua, luz, calefacción, climatización, wifi). Ojo con la eficiencia energética si quieres venderte como alojamiento sostenible. (10.000 € – 20.000 €)
  • Marketing y branding inicial. Aquí entraría el diseño de marca, la web, redes, fotos profesionales, material promocional, etc. (2.000 € – 6.000 €)
  • Plataforma de gestión de reservas y PMS. Al principio puedes usar plataformas tipo Booking, pero sus comisiones restan. (500 € – 2.000 €/año)
  • Stock inicial y menaje. En tu hotel debes tener sábanas, toallas, vajillas, productos de limpieza… (3.000 € – 6.000 €)

Ten en cuenta que podrás ajustar el presupuesto según tu punto de partida y los precios de mercado de cada apartado en el momento que vayas a montar tu hotel rural.

Cuánto cuesta montar un hotel pequeño

Cuando dices «quiero montar un hotel pequeño», seguro que piensas que por el hecho de ser pequeño te abaratará los costes. Pero no te va a valer solo con pintar paredes y poner un par de cuadros.

La inversión es más alta que en el caso de un hotel rural, especialmente si partes desde cero y estás en una zona con mucha competencia. Estamos hablando de unos 200.000 € hasta los 800.000 € o más, según tu proyecto.

Esta sería la estimación:

  • Compra o alquiler del local o edificio. El precio variará dependiendo de si compras o alquilas, la ubicación, si tienes que hacer reformas y demás. (100.000 € – 400.000 €)
  • Reformas y adecuación del espacio. Te hablo de redistribución de habitaciones, insonorización, instalaciones, accesibilidad, entre otras muchas cosas. (50.000 € – 200.000 €)
  • Licencias, permisos y tasas municipales. Igual que para el hotel rural, necesitarás licencia de actividad, de apertura, un proyecto técnico, etc. Pero todo te valdrá más. (3.000 € – 10.000 €)
  • Decoración y mobiliario. Cuanto más diferencial y cuidado el diseño, mejor. Y más caro, claro. (20.000 € – 60.000 €)
  • Equipamiento tecnológico y gestión. Wifi, software de reservas, domótica si quieres modernizarte… (5.000 € – 15.000 €)
  • Marketing inicial y estrategia de lanzamiento. Necesitarás una web potente, redes sociales, fotos, campañas de lanzamiento, etc. (5.000 € – 10.000 €)
  • Personal (contratación y uniformes). Mínimo necesitarás una persona en recepción y una en limpieza, pero puedes pensarte en contratar más. (3.168 € – 30.000 €)
    (Mínimo necesitarás una persona en recepción y una en limpieza).
  • Stock inicial y menaje. Todo lo necesario para poner en marcha tu hotel. (5.000 € – 10.000 €)
  • Seguros, asesoría legal y fiscal. Depende de los servicios que contrates, por ejemplo la asesoría para empresas de Ayuda T Pymes está a 59,95 €. (59,95 € – 5.000 €)

Es verdad, montar un hotel pequeño requiere mayor inversión, pero también puedes escalar mejor, generar ingresos más estables y competir de tu a tu con alojamientos más grandes.

Qué se necesita para montar un hotel

Para montar un hotel en España no solo se necesita un edificio bonito con buenas vistas. Para que las reservas empiecen a echar humo, primero tienes que superar una buena dosis de papeleo, licencias, normativas turísticas y algún que otro trámite burocrático.

Este paso puedes saltártelo si cuentas con una asesoría como Ayuda T Pymes. Sus asesores podrán darte de alta de autónomo o crear tu empresa en un pispas y encargarse de todo este papeleo 🙌

Requisitos generales

Independientemente del tamaño o del entorno, estos son los requisitos básicos que necesitas cumplir para montar tu hotel:

  • Licencia de actividad y apertura del ayuntamiento correspondiente.
  • Cumplimiento de la normativa turística de tu comunidad autónoma.
  • Proyecto técnico firmado por un arquitecto, donde se detallen accesos, distribución, ventilación, accesibilidad, etc.
  • Cédula de habitabilidad o certificado de idoneidad del local.
  • Cumplimiento de la normativa de accesibilidad (plazas adaptadas, baños accesibles, rampas…).
  • Cumplimiento de las normativas de higiene, seguridad y prevención de incendios.
  • Alta en Hacienda y en la Seguridad Social, como autónomo o empresa.
  • Seguro de responsabilidad civil.
  • Inscripción en el registro de empresas turísticas de tu comunidad.
  • Libro de reclamaciones y sistema de atención al cliente.
  • Cartelería obligatoria (normativa COVID, hojas de reclamaciones, precios…).

Y esto no acaba aquí, cada tipo de hotel tiene unos requisitos específicos.

Requisitos para montar un hotel rural

El hotel rural tiene su propia liga normativa, ya que suele estar ubicado en suelos rústicos o entornos protegidos. Estos serían los puntos clave:

  • El inmueble debe conservar características arquitectónicas tradicionales. Nada de chalets de obra nueva en mitad del monte.
  • Debe estar ubicado en suelo apto para uso turístico, según el planeamiento urbanístico.
  • Necesitarás informe de impacto ambiental si haces obras en zonas protegidas.
  • La rehabilitación debe respetar la estética del entorno. Muchas CCAA exigen materiales locales o límites de construcción.
  • Capacidad limitada. Algunas regiones limitan el número máximo de habitaciones o camas.
  • Distancia mínima a núcleos urbanos. Para evitar competencia directa con hoteles convencionales.
  • Sistemas de autoconsumo o eficiencia energética. Cada vez más valorados y en algunos casos, obligatorios.

Requisitos para montar un hotel pequeño

Aunque los hoteles pequeños no están en el monte, la normativa no es precisamente más relajada. Todo lo contrario: las exigencias urbanas, acústicas y técnicas suelen ser más duras. Ojo con esto:

  • Licencia urbanística y técnica si hay cambios de uso (por ejemplo, de vivienda a hotel).
  • Aislamiento acústico certificado, especialmente si estás en zonas con viviendas colindantes.
  • Insonorización de habitaciones y zonas comunes.
  • Número mínimo de metros cuadrados por habitación, que varía por comunidad.
  • Sistemas de climatización y ventilación que cumplan normativa específica.
  • Cumplimiento de la normativa de alojamiento turístico urbano, que suele ser más estricta en grandes ciudades (como Madrid o Barcelona).
  • Plazas de aparcamiento obligatorias en algunos municipios.
  • Control de residuos y limpieza profesional contratada.
  • Cumplimiento de la normativa de eficiencia energética del edificio.

Ambos modelos tienen lo suyo. El hotel rural suele tener más libertad estética y menos presión vecinal, pero más limitaciones por estar en suelos rústicos o zonas protegidas. El hotel pequeño, en cambio, tiene la ventaja de estar en núcleos urbanos y turísticos, pero la normativa urbanística y acústica puede darte más de un dolor de cabeza.

Cómo montar un hotel paso a paso

Vale, parece que ya lo tienes casi todo claro. Pero ahora toca lo más importante: pasar de la idea a la práctica.

Montar un hotel, ya sea rural o pequeño, no es cosa de dos tardes y un poco de improvisación. Tendrás que organizarte, hacer números, moverte por administraciones y tener muuucha paciencia.

A continuación, te voy a explicar los pasos clave para montar un hotel rural y los pasos para abrir un hotel pequeño, porque aunque hay mucho en común, también hay decisiones que cambian dependiendo del tipo de alojamiento que elijas.

Cómo montar un hotel rural

Montar un hotel rural es mucho más que poner camas en una casa bonita en mitad del campo, debes crear una experiencia.

Para que el sueño no se te quede en el camino, aquí van los pasos imprescindibles:

1. Haz un plan de negocio

Tener un casa en el campo no es suficiente para montar un hotel rural. Antes necesitas saber si es proyecto es viable y para eso sirve el plan de negocio.

Un buen plan de negocio te ayudará a poner los pies en la tierra y te da la hoja de ruta para saber qué esperar, cuánto invertir y a quién dirigirte.

Así es cómo se hace:

  • Analiza el entorno. Estudia el atractivo turístico de la zona, quizás hay rutas de senderismo, patrimonio histórico, naturaleza virgen, festividades que atraigan visitantes. Sin un mínimo de interés turístico, es difícil mantener la ocupación.
  • Define a tu cliente ideal. ¿Atraer parejas que huyen de la ciudad o familias que quieren desconectar? ¿Turismo activo o relajado? Cuanto mejor lo tengas definido, más acertada será tu propuesta.
  • Estudia la competencia local. Haz una lista de alojamientos similares en la zona, qué ofrecen, a qué precios, en qué se diferencian. Así verás cómo posicionarte tu, qué puedes mejorar o qué hueco puedes cubrir.
  • Calcula la inversión inicial. Incluye la reforma o adecuación del inmueble, mobiliario, licencias, tecnología, marketing, personal, TODO. Mejor pasarse que quedarse corto.
  • Haz una estimación de ingresos y gastos. Piensa cuántas habitaciones vas a tener, a qué precio medio, qué ocupación puedes alcanzar en temporada alta y baja. Resta los gastos fijos y variables para saber cuál es tu punto de equilibrio.
  • Diseña tu propuesta de valor. Es decir, qué será lo que hagan que la gente elija tu hotel y no otro. Puede ser la ubicación, la decoración, el trato familiar, las experiencias que ofrezcas. Aquí tienes que definir tu personalidad de marca.

Tener todo esto claro desde el principio te ayudará a organizar bien el proyecto, es tu carta de presentación.

2. Haz un plan de financiación

Montar un hotel rural no va a ser barato, pero tampoco imposible. Lo importante no es solo saber cuánto necesitas, sino cómo lo vas a conseguir.

El plan de financiación te ayudará a no quedarte en mitad del camino. Estos son los pasos para hacerlo:

  • Calcula la inversión total necesaria. Haz una estimación realista de lo que vas a necesitar para arrancar. Nada de números al aire, pon precios reales.
  • Define con qué recursos propios cuentas. ¿Tienes ahorros?¿Puedes vender o alquilar alguna propiedad? ¿Alguien va a invertir contigo? Saber cuánto puedes cubrir tu es básico para saber cuánto necesitas buscar fuera.
  • Valora opciones de financiación externa. Por ejemplo préstamos bancarios, ayudas y subvenciones para el turismo rural, inversión privada y líneas ICO y ENISA.
  • Calcula la rentabilidad esperada. ¿Cuántas habitaciones vas a tener? ¿Cuál es el precio medio por noche? ¿Qué ocupación crees que puedes lograr al año? ¿Cuánto te cuesta mantener el negocio mes a mes? Haz cuentas con diferentes escenarios.
  • Estima el retorno de la inversión (ROI). ¿Cuánto tiempo vas a tardar en recuperar tu inversión? Esto es clave si vas a pedir financiación: los bancos y socios quieren saber cuándo van a ver su dinero de vuelta.
  • Prepara un plan de contingencia. Ten un fondo de seguridad para los primeros meses, incluso el primer año. Puede que no llenes todas las habitaciones desde el primer día. O que tengas gastos imprevistos.

Tener un buen plan de financiación te da dos cosas: seguridad para ti y confianza para quien te quiera apoyar. Porque los proyectos bonitos emocionan, pero los proyectos sólidos convencen.

3. Permisos y licencias para abrir un hotel rural

El entorno natural, el silencia, los muebles de madera y el olor a chimenea están muy bien. Pero antes de que tus clientes puedan disfrutar de eso, toca lo peor: el papeleo 😭

Estos son los principales permisos y licencias que vas a necesitar:

  • Licencia de actividad y apertura. Te la concede el Ayuntamiento donde se ubica tu hotel. Autoriza que ese espacio se utilice como alojamiento turístico y que cumple con las condiciones para abrir al público.
  • Licencia de obras. Si tienes que rehabilitar o adaptar el edificio, necesitarás un proyecto técnico y la correspondiente autorización municipal para ejecutar las obras.
  • Clasificación turística del alojamiento. Cada comunidad autónoma tiene su propia normativa que regula cuántas estrellas o qué categoría se asigna a los hoteles rurales según sus características.
  • Inscripción en el Registro de Empresas y Establecimientos Turísticos. Obligatoria para poder operar legalmente como alojamiento rural. Este registro depende de la Consejería de Turismo de tu comunidad autónoma.
  • Informe ambiental (si lo exige la normativa). Si el hotel se ubica en una zona protegida o especialmente sensible, pueden exigirte un estudio de impacto ambiental o medidas correctoras.
  • Seguro de responsabilidad civil. No es opcional. Necesitas un seguro que cubra posibles daños a terceros, clientes o empleados. Lo pide la normativa turística y además te cubre las espaldas.
  • Licencia sanitaria (si ofreces comidas o desayunos). Si vas a servir alimentos, tendrás que cumplir con la normativa sanitaria correspondiente: cocina en condiciones, manipulación de alimentos, limpieza, control de plagas…
  • Autorización de vertidos y gestión de residuos. En zonas rurales puede que no haya red de saneamiento. En ese caso, necesitarás autorización para instalar fosa séptica y cumplir con los requisitos medioambientales.
  • Comunicación de viajeros a las Fuerzas de Seguridad. Todo alojamiento turístico está obligado a registrar a cada huésped mayor de 16 años y comunicarlo a la Policía o Guardia Civil. Tendrás que darte de alta en la plataforma oficial (@hospederías si estás en zona rural) y enviar los partes de entrada diariamente. Es un trámite obligatorio recogido en la Ley de Seguridad Ciudadana, y no hacerlo puede salir caro. Lo bueno es que muchos sistemas de reservas ya integran esta función.

Ten en cuenta que cada comunidad autónoma puede pedirte alguna cosa más o tener trámites específicos, así que lo mejor será que consultes directamente con la administración turística local.

4. Prepara el sistema de reservas

Con el alojamiento listo, las camas hecha y un paisaje que ni un cuadro de Sorolla parece que lo tienes todo hecho, pero no. Si no te pueden encontrar, cómo van a reservar

Un buen sistema de reservas es mucho más que tener una libreta para apuntar quién viene, lo es todo. Un escaparate, tu centralita y tu agenda.

Esto es lo que necesitar tener en cuenta:

  • Elige bien tus canales de venta. No necesitas estar en todas partes, pero sí donde está tu público. Lo habitual es combinar tu web propia con plataformas como Booking, Airbnb, Escapada Rural o Toprural. Evalúa sus comisiones, condiciones y visibilidad antes de lanzarte.
  • Crea una web con motor de reservas propio (si puedes). Tener tu propia web con calendario actualizado, pasarela de pago y confirmación automática te da profesionalidad y autonomía. Además, puedes fidelizar mejor al cliente y evitar comisiones de terceros. Si no sabes cómo montarla, hay plantillas y servicios bastante asequibles para empezar.
  • Sincroniza calendarios y evita overbooking. Hay herramientas que te permiten conectar todos tus canales para que, si alguien reserva en Booking, esa fecha se bloquee automáticamente en el resto. Importantísimo si no quieres tener a dos familias en la misma habitación.
  • Incluye políticas claras de cancelación y pago. Evita malentendidos desde el principio. ¿Cuánto se paga por adelantado? ¿Cuándo se devuelve? ¿Qué pasa si cancelan a última hora? Cuanto más claro, mejor para todos.
  • Ofrece atención personalizada desde la primera reserva. Automatiza lo básico, pero añade un toque humano. Un email de bienvenida, una guía con planes locales, una opción de contacto directa. El turismo rural no solo vende camas, vende experiencia.
  • Cuida la reputación online desde el primer huésped. Pide reseñas, responde a comentarios, muestra tu mejor cara en fotos y descripciones. Una buena reseña puede traerte cinco nuevas reservas. Una mala… mejor no lo comprobamos.

Tener un sistema de reservas que funcione no es un lujo, es una necesidad. Y cuanto más sencillo y profesional sea para el cliente, más probabilidades tienes de que te elija a ti y no al siguiente alojamiento del buscador.

5. Marketing de lanzamiento

Ya tienes todo on point. Pero si nadie se entera que has abierto, el buffet se te va a poner feo. El lanzamiento es el mejor momento de hacer ruido para darte a conocer y empezar a llenar habitaciones.

Te voy a dejar unas cuántas estrategias de marketing que seguro que pueden ayudarte:

  • Fin de semana de apertura con experiencia gratuita. No tiene porque ser gratuita, puede ser muy barata. El concepto es invitar a gente de la zona o a los primeros seguidores a disfrutar de una noche con actividades, desayuno casero y paseo guiado. Pide a cambio reseñas, difusión en redes o testimonios.
  • Campaña de expectación previa en redes. Antes de abrir, crea una serie de publicaciones mostrando el proceso de montaje, los detalles del lugar, pistas sobre dónde está o cómo será. Haz una cuenta atrás, revela poco a poco.
  • Alianza con negocios locales desde el primer día. Crea packs combinados con bodegas, granjas, guías turísticos o artesanos del pueblo. Si ellos te recomiendan, tu ganas visibilidad sin gastar en publicidad.
  • Invita a microinfluencers a la inauguración. Busca perfiles rurales o de lifstyle que tengan buen engagement. Invítalos a una estancia gratuita con la condición de que compartan su experiencia. Mejor 10 que conecten con tu público que uno con 100.000 seguidores que ni miran.
  • Lanzamiento con descuento exclusivo para residentes de la zona. Haz que tus vecinos te conozcan y te recomienden. Un descuento especial por apertura solo para gente del entorno puede generarte tus primeros embajadores.
  • Haz sorteo en redes. Una noche gratis para dos personas, desayuno incluido. Pon condiciones para participar como seguirte, comentar y compartir. Funciona siempre y genera comunidad desde el principio.
  • Regala una experiencia a los primeros 10 huéspedes. Puede ser una cesta con productos locales, una guía exclusiva con rutas secretas, o una cena sorpresa. Hazlo especial y conviértelos en tus primeros fans.

El objetivo del marketing de lanzamiento no es solo abrir la puerta, sino que se enteren y que hablen de ti. Y si lo haces bien desde el principio, empezarás con las reservas llenas y las expectativas aún más.

Cómo montar un hotel pequeño

Aviso a navegantes, muchos pasos se repetirán, porque al fin y al cabo estás montando un hotel.

Montar un hotel pequeño no significa tener menos trabajo, cada habitación cuenta, cada huésped importa, y cada detalle puede marcar la diferencia. Pero para que el proyecto funcione y no se convierta en un pozo sin fondo, debes tener un plan.

Da igual el número de habitaciones, si estás pensando en abrir un hotel de dimensiones reducidas, toma nota de los pasos clave:

1. Haz un plan de negocio

Igual que antes, el primer paso es hacer un plan de negocio que te ayude a funcionar sobre el papel, porque como ocurre con el hotel rural, abrir un hotel pequeño no se improvisa, se estudia, se calcula y se proyecta para que no sea un agujero negro.

  • Define tu propuesta de valor. ¿Qué hace diferente a tu hotel? ¿Trato familiar, diseño boutique, ubicación estratégica, precio competitivo? Es lo primero que tienes que tener claro.
  • Haz un análisis de mercado. Estudia la zona donde vas a abrir: tipos de alojamientos cercanos, ocupación media, precios por noche, perfil de los turistas, estacionalidad, etc.
  • Concreta a tu cliente ideal. ¿Parejas jóvenes, familias, teletrabajadores, peregrinos, turistas nacionales o internacionales? Saber a quién te diriges te permite acertar con la decoración, los servicios y el canal de venta.
  • Piensa en tu estrategia de precios. Temporada alta y baja, promociones por apertura, descuentos por larga estancia… Ajusta los precios para mantenerte competitivo sin perder margen.
  • Establece los canales de captación. ¿Solo reservas directas? ¿Booking, Airbnb, Google Hotel Ads? ¿Tienes web propia? Define tu mix de visibilidad y qué comisión estás dispuesto a asumir.
  • Pon objetivos a 6 meses, 1 año y 3 años. Ocupación, facturación, fidelización. Define metas medibles para saber si vas bien o toca reajustar la ruta.

Con este plan no solo sabrás si tu idea tiene futuro, también estarás mucho más cerca de que funcione desde el primer huésped. Porque un hotel pequeño bien planteado puede dar grandes alegrías.

2. Haz un plan de financiación

Una vez con el plan de negocio listo, le toca al plan de financiación. Este es el momento de resolver la pregunta del millón: ¿cómo vas a conseguir el dinero?

Sigue los siguientes pasos:

  • Haz un desglose completo de la inversión inicial. Incluye reforma del local (si la hay), mobiliario, licencias, tecnología (PMS, TPV, web…), campaña de lanzamiento, colchón para imprevistos y primeros meses de gastos fijos.
  • Calcula tu capital propio disponible. ¿Cuánto puedes aportar tú? Ahorros, ayuda familiar, socios inversores… Tener algo de fondo propio ayuda a conseguir financiación externa y reduce tu nivel de endeudamiento.
  • Determina cuánto necesitas financiar y en qué condiciones. Una vez restes tu capital propio a la inversión total, sabrás cuánto te falta. Establece un plazo realista para devolverlo y cuánto puedes asumir de cuota mensual sin ahogarte.
  • Valora diferentes vías de financiación. Por ejempo:
    • Préstamo bancario tradicional o ICO.
    • Ayudas públicas a emprendedores, turismo o zonas rurales.
    • Financiación participativa (crowdfunding o crowdlending).
    • Business angels o inversores particulares, si aportan valor más allá del dinero.
    • Leasing o renting para mobiliario o tecnología, para no pagar todo de golpe.
  • Haz un plan de tesorería mensual para el primer año. Incluye previsión de ingresos y gastos mes a mes, para asegurarte de que no te quedarás sin liquidez a mitad de camino. Es un salvavidas para prevenir sustos.
  • Deja margen para lo imprevisto. Siempre aparecen gastos que no habías contemplado: un retraso en las obras, una licencia extra, una baja ocupación inicial… Mejor contar con un 10-15 % de colchón en el presupuesto.
  • Prepara un dossier financiero si vas a pedir un préstamo. Te lo van a pedir sí o sí. Incluye tu plan de negocio, la inversión desglosada, tu previsión de ingresos y gastos, y un resumen de por qué tu proyecto tiene futuro.

Este plan no solo te ayuda a conseguir el dinero, sino a demostrar que sabes lo que haces. Y eso, en el mundo real y en el bancario, vale oro.

3. Permisos y licencias para abrir un hotel pequeño

Lo más seguro que es que estés deseando abrir tu pequeño hotel, pero si no tienes todo el papeleo en orden, la apertura se te puede hacer más larga de lo normal.

Abrir un hotel pequeño implica pasar por un buen puñado de trámites, y yo que tu prestaría mucha atención porque en este caso no tiene nada que ver con los de un hotel rural.

Venga, cuánto antes los conozcas mejor 🙌

  • Licencia de actividad. Es la que autoriza el uso del local como establecimiento hotelero. Se pide al ayuntamiento y dependerá del tipo de hotel, el número de habitaciones, el impacto ambiental, etc.
  • Licencia de apertura. Se solicita también en el ayuntamiento una vez que has cumplido con todos los requisitos técnicos. Es la que permite que puedas empezar a operar legalmente.
  • Declaración responsable o proyecto técnico. Dependiendo del tamaño del hotel y su ubicación, puede bastar con una declaración responsable o será necesario presentar un proyecto técnico firmado por un profesional colegiado.
  • Registro en el órgano de turismo de tu comunidad autónoma. Tendrás que inscribirte como alojamiento turístico, cumpliendo con los requisitos mínimos de superficie, equipamiento, servicios, señalización, etc. Cada comunidad tiene sus normas.
  • Número de identificación en el Registro de Turismo. Te asignarán un número oficial como establecimiento turístico, que debe figurar en tu web, en las facturas y en cualquier plataforma donde te anuncies.
  • Autorización sanitaria. Si vas a servir desayunos o cualquier tipo de comida, necesitarás una autorización de sanidad y cumplir con la normativa higiénico-sanitaria de establecimientos alimentarios.
  • Permiso de obras (si reformas).Si el local necesita adaptaciones, deberás pedir una licencia de obras al ayuntamiento antes de tocar nada.
  • Certificado de eficiencia energética. Obligatorio para cualquier edificio destinado a actividades económicas, sobre todo si se hacen reformas o cambios estructurales.
  • Prevención de riesgos laborales (si contratas personal). Plan de prevención, reconocimientos médicos, formación… No se libra ni el hotel más pequeñito si tiene empleados.
  • Comunicación de apertura a la policía. Por ley, tienes que notificar la entrada y salida de huéspedes a las fuerzas de seguridad, lo que implica instalar un sistema homologado para este fin (libro-registro o sistema digital).

El truco es ir por orden, consultar la normativa de tu comunidad y no improvisar. Y ten cuidado, porque un mal paso puede significar inspecciones, sanciones o no poder abrir tu hotel al público. Paciencia.

4. Prepara el sistema de reservas

No importa si tienes 5 o 15 habitaciones: si no organizas bien las reservas, el caos puede instalarse antes que el primer huésped.

Un buen sistema de reservas te ahorra llamadas, evita overbookings y te permite tener el control total de las entradas, salidas y ocupación en tiempo real.

Esto es lo que debes tener en cuenta:

  • Centraliza las reservas. Utiliza un PMS (Property Management System) adaptado a hoteles pequeños. Herramientas como Cloudbeds, Amenitiz o AvaiBook permiten gestionar todo desde un solo sitio: disponibilidad, precios, check-in y check-out.
  • Conéctalo con plataformas externas. Como Booking, Airbnb o Expedia. Si vas a usarlas, tu sistema debe estar sincronizado para evitar que se solape una reserva directa con una por agencia.
  • No descuides tu web. Tener una web con motor de reservas propio y sin comisiones es un plus enorme. Facilita que te reserven directamente, tengas más control y no dependas 100 % de las OTAs.
  • Define una política clara. ¿Cancelaciones? ¿Check-in automático? ¿Pago por adelantado? Todo eso debe estar bien visible en cada canal. Recuerda, transparencia = menos líos.
  • Apuesta por lo fácil. Cuanto más sencillo sea reservar, más reservas caerán. Evita procesos largos, pide solo los datos necesarios y asegúrate de que se vea bien en móvil.

Con un buen sistema, incluso un hotel pequeño puede funcionar mejor que un reloj suizo. Y lo agradecerás cuando empieces a llenar habitaciones.

5. Marketing de lanzamiento

No importa el negocio que estés montando, un bar, un hotel rural o un hotel pequeño. Si nadie sabe que existes, ¿cómo quieres que te reserven una habitación?

El marketing de lanzamiento te ayudará a ponerte sobre el mapa, estas son algunas estrategias que puedes utilizar, aunque puedes aplicar las propuestas para el hotel rural si las adaptas:

  • Minibar colaborativo desde el día uno. Cierra acuerdos con productores locales para ofrecer snacks y bebidas en el minibar desde el primer día. Además de dar visibilidad a pequeños negocios, te ganas al cliente desde la habitación.
  • Campaña en redes con el hashtag del hotel. Crea un rincón con mucha personalidad en el hotel (un neón, un mural, una vista desde la terraza…) e invita a los primeros clientes a subir una foto con un hashtag exclusivo. Regálales un detalle si lo hacen.
  • Evento de apertura con vecinos y prensa local. Convoca a gente del barrio, creadores de contenido locales y algún medio. Muestra el hotel, reparte detalles, haz visitas guiadas y explica qué lo hace único. El boca-oreja vale oro.
  • Check-in sorpresa en la primera semana. Aplica la promo “Cliente Estrella del Día”: los primeros huéspedes pueden recibir un desayuno gratis, una mejora de habitación o una experiencia local. Luego, cuenta cada sorpresa en redes.
  • Reto en TikTok o Instagram Reels. Graba vídeos divertidos de “cómo NO hacer una cama de hotel” o “el drama del huésped que llega a la habitación equivocada”. El humor funciona, y puede hacer que tu hotel pequeño se haga viral.
  • Descuento verde en la inauguración. Ofrece un descuento especial a quien venga sin coche: andando, en bici o en transporte público. Además de original, encaja con valores sostenibles y genera buena imagen de marca.
  • Newsletter estilo “guía secreta del barrio”. Recoge los mejores planes de tu zona en un email semanal y mándalo a todos los suscriptores. Incluye promociones para reservas, y además, aporta valor real.
  • Sorteo de apertura. En tus redes, lanza un sorteo de una noche gratis o experiencia completa para dos personas. Pide que sigan el perfil, comenten con quién vendrían y lo compartan. Aumentarás visibilidad sin gastar demasiado.

Y con esto, ya podrías dar comienzo al día uno en tu nuevo hotel 😜

Ventajas e inconvenientes de montar un hotel

Si a estas alturas no estás convencido de poner en marcha tu sueño de montar un hotel, ya sea rural o pequeño, te aconsejo que hagas una lista de pros y contras.

Todo negocio tiene su cara A y su cara B. Antes de lanzarte a la aventura, te conviene poner sobre la mesa las ventajas que pueden motivarte, y los inconvenientes que debes tener en tu radar.

Te voy a ayudar un poquito:

Ventajas e inconvenientes de montar un hotel rural

Si lo tuyo es lo auténtico, la naturaleza y los negocios con alma, un hotel rural puede parecerte la opción perfecta.

👉 Pero ojo: tan importante como imaginar el porche lleno de huéspedes felices es conocer los retos que vienen con el terreno.

Ventajas

  • Menos competencia directa. En muchas zonas rurales no hay tanta saturación de alojamientos, lo que te da más margen para destacar y posicionarte como referencia local.
  • Costes más bajos de terreno y construcción. Comprar o rehabilitar una propiedad en un entorno rural suele ser bastante más económico que hacerlo en una ciudad o zona turística tradicional.
  • Experiencia diferenciadora para el cliente. El entorno natural, la tranquilidad y el trato cercano son grandes bazas. La gente no solo busca dormir: busca desconectar.
  • Oportunidades de financiación y ayudas públicas. Hay subvenciones específicas para fomentar el turismo rural y la reactivación de la economía en zonas despobladas. Y eso puede ayudarte a arrancar con menos presión.
  • Colaboraciones locales muy potentes. Desde catas de vino hasta rutas a caballo: puedes crear experiencias con productores y negocios cercanos que te aporten valor sin asumir todos los costes.

Inconvenientes

  • Dependencia de la estacionalidad. En muchas zonas rurales, el flujo de visitantes baja considerablemente fuera de la temporada alta. Eso complica mantener ingresos estables todo el año.
  • Accesibilidad limitada. Si el acceso no está bien señalizado o es complicado, puedes perder reservas. No todo el mundo está dispuesto a conducir media hora por carreteras secundarias.
  • Dificultad para encontrar personal cualificado. Si estás en un entorno muy aislado, te puede costar más encontrar profesionales con experiencia o perfiles específicos.
  • Menor visibilidad inicial. Un hotel rural no se beneficia del paso constante de turistas como los negocios en zonas céntricas. Tendrás que invertir más en marketing y posicionamiento.
  • Reformas más exigentes si partes de una finca antigua. Rehabilitar una casa rural puede implicar trámites más complejos, adaptaciones arquitectónicas o cumplir con normativas de conservación del entorno.

Abrir un hotel rural es un proyecto con mucho corazón y muchas variables. Pero si las controlas bien, puede convertirse en un negocio rentable, bonito y con impacto positivo en el territorio 😉

Ventajas e inconvenientes de montar un hotel pequeño

Un hotel pequeño es esa opción intermedia que combina lo mejor del turismo con un modelo de negocio manejable.

No es un macrocomplejo ni una casa rural escondida entre olivos, pero sí puede convertirse en un alojamiento con personalidad propia y mucho margen de rentabilidad. Eso sí, también con sus luces y sombras.

Ventajas

  • Inversión más asequible que un hotel grande. Puedes empezar con menos habitaciones, menos personal y menos infraestructura… pero sin renunciar a un negocio profesional y rentable.
  • Gestión más controlada. Tener pocas habitaciones te permite conocer a tus clientes, personalizar su experiencia y mantener un alto estándar de calidad sin volverte loco con la logística.
  • Ubicaciones urbanas o estratégicas más fáciles de encontrar. Un hotel pequeño cabe en muchas más ubicaciones: desde un local en el centro histórico hasta una antigua casa reformada en zona costera.
  • Menos burocracia en algunos aspectos. Dependiendo de la comunidad autónoma, los requisitos técnicos y administrativos son algo más flexibles que los de un hotel con decenas de habitaciones.
  • Más rápido en adaptarse a tendencias o cambios. Puedes ajustar precios, decorar diferente, probar nuevos servicios… sin tener que mover un trasatlántico.

Inconvenientes

  • Menor volumen de ingresos por escala. Con pocas habitaciones, tus ingresos tienen un tope más bajo. Hay que cuidar muy bien los márgenes y la ocupación.
  • Más dependencia del boca a boca y la reputación. Cada cliente cuenta (y mucho). Una mala reseña puede pesar más que si tuvieras un volumen alto de huéspedes diarios.
  • Menos margen para errores o imprevistos. Si se estropea una habitación o falla una reserva, el impacto se nota más que en un hotel grande con muchas opciones.
  • Costes fijos más difíciles de diluir. Gastos como el mantenimiento, el software o el personal mínimo pueden suponer un porcentaje alto si no tienes un buen flujo de reservas.
  • Mayor competencia urbana o en zonas turísticas. A diferencia de los hoteles rurales, los pequeños hoteles suelen estar en zonas donde hay mucha más oferta, así que tendrás que diferenciarte sí o sí.

Montar un hotel pequeño, o un hotel rural, no es simplemente abrir y ya. Se trata de emprender un negocio donde el confort, la experiencia del cliente y la gestión eficiente se dan la mano todos los días.

Tanto si quieres montar un refugio entre montañas, como si prefieres la elegancia de una calle céntrica, el mercado tiene un hueco para ti. Y si te abruma el papeleo, los trámites o no sabes por donde empezar, en Ayuda T Pymes te ayudarán con todo lo que hay detrás del mostrador 💪

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