En el despacho fiscal todas las herramientas que conducen a una mejoría en los procesos se encuentran intrínsecamente relacionadas con la realización de las denominadas auditorías legales. Las mismas que serán ejecutadas por un determinado profesional, en base a la gestión de técnicas de examen jurídico capaces de establecer el estado real sobre las condiciones de los procesos que sostienen a toda empresa.
A través del siguiente artículo de Ayuda-T Pymes, expondremos de una forma breve y concisa todas las estrategias que permiten a los auditores ofrecer un excelente balance de su despacho, siempre gestando un modelo de consideración propia capaz de ajustarse a sus necesidades particulares.
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El estudio previo general: Clave para el establecimiento de la estrategia a usar en tu despacho fiscal
De las distintas etapas de una auditoría, la revisión general es una de las más importantes para el buen desempeño continuo y detallado. Y es que la finalidad de desarrollar un rastreo capaz de evaluar objetivamente al estado financiero de todo despacho fiscal, es necesario tener conciencia del terreno a operar.
Múltiples son los factores asociados a esta exhaustiva revisión, por una parte se encuentra la estructura de la organización, en donde dicha vista pueda identificar a todas las responsabilidades distribuidas entre los diversos entes, no sin antes ser complementada por la estructura legal, y las condiciones económicas preponderantes en su principal mercado.
De factores como la estructura legal es imprescindible tener un amplio conocimiento sobre la documentación referente a los registros contables, lo cual permite tener datos actualizados sobre el grado de facturación, así como otros elementos que pueden servir para su propia valoración neta.
Otros factores que atañen al establecimiento de técnicas de control legal, son por supuesto la manera en cómo se aprovechan los recursos tecnológicos, el universo de condiciones en los cuales el cliente se desenvuelve, así como un panorama universal de la manera en cómo ésta tiende a desempeñarse con otros procesos.
La ejecución de la auditoría y sus diferentes pasos de realización
El proceso de la auditoría se da inicio cuando el análisis pasa a formar parte integral de las técnicas preestablecidas por su gestor. Es entonces cuando el momento de ordenar y clasificar los rubros financieros ha llegado, y desde el cual pueden observarse dos perspectivas muy diferenciadas. Por un lado, el análisis de saldos y también el de movimientos, ambos permiten establecer una relación directa en la evolución de los acreedores y deudores en una misma situación.
La inspección, la confirmación y la investigación resultan ser las etapas subsiguientes cuyos procesos aumentan el valor de sus próximas recomendaciones.
En estas etapas puede verse notablemente la forma en cómo se influye de una manera más activa, sobre la opinión de múltiples personas allegadas a los procesos de la misma, y así forjar un panorama más nutrido acerca de las percepciones que los elementos tengan entre sí.
La entrega del informe final: Todos los tips para un dictamen eficiente
El producto final en sí mismo, constituye más que una pieza, un vehículo para la catálisis de los procesos que deben ser optimizados, mejorados o bien actualizados para un mayor y eficiente desempeño.
Normalmente y dependiendo del tipo de información a presentar, ésta suele ser administrada en forma de presentaciones breves o extensas, en donde las primeras no buscan otro objetivo más que perseguir metas de autocontrol o gestión integrada de procesos, realizada por personal propio de la empresa a ser examinada.
Los informes que despliegan una constitución más extensa, se preocupan en el contraste entre la poca capacitación del personal contratado y su diferencia con el grado de procesos sobre el cual deben desempeñarse.
