Tienes una SL, eres autónomo societario y, aun así, te ronda la cabeza lanzar otro proyecto por tu cuenta. O tal vez quieres facturar como freelance mientras sigues en tu empresa. ¿Se puede ser autónomo y autónomo societario a la vez?
La duda es más común de lo que parece, por eso te la voy a resolver en este post. Spoiler: sí se puede. Sigue leyendo que te voy a explicar todo 😉
Diferencias entre autónomo societario y autónomo
Antes de entrar en materia vamos a situarnos. Un autónomo es quien trabaja por cuenta propia como persona física, mientras que el autónomo societario es quien administra o posee una parte significativa de una sociedad mercantil.
Se diferencian en lo siguiente:
- Vínculo con una empresa. El autónomo actúa en su propio nombre, mientras que el societario lo hace dentro de una sociedad.
- Tipo de actividad. El autónomo puede ofrecer servicios profesionales, comerciales o artesanales. El societario suele gestionar o trabajar para su propia empresa.
- Alta en la Seguridad Social. Ambos cotizan en el RETA, pero el societario debe hacerlo como administrador o socio con control efectivo.
- Cuota de autónomos. La base mínima de cotización del societario es más alta que la del autónomo “normal”, lo que se traduce en una cuota mensual también superior.
- Acceso a bonificaciones. El societario tiene más difícil acceder a ayudas como la tarifa plana, salvo que no haya tenido relación previa con la sociedad.
- Responsabilidad. El autónomo responde con su patrimonio personal. El societario, si actúa como administrador, también puede enfrentarse a ciertas responsabilidades personales.
- Modelo de facturación. El autónomo factura como persona física. El societario, si trabaja a través de la sociedad, lo hace bajo el CIF de la empresa.
Como ves estas dos figuras son diferentes, por lo tanto sí podrás ser autónomo y autónomo societario a la vez. Te lo explico en profundidad.
¿Puedo estar dado de alta como autónomo societario y autónomo a la vez?
Sí, se puede. De hecho, hay situaciones en las que tener la doble condición de autónomo y autónomo societario tiene todo el sentido del mundo. La clave está en que ambas actividades estén claramente diferenciadas.
👉 Por ejemplo: imagina que eres socio administrador de una SL dedicada a servicios de limpieza, pero además tienes tu propia actividad como formador en ese mismo sector. En ese caso, Hacienda y la Seguridad Social te ven con dos gorros distintos, así que toca darse de alta por separado.
La complicación radica en que tendrás que cotizar por duplicado (aunque no necesariamente pagar dos veces la cuota completa), gestionar dos contabilidades, y tener muy clara la separación entre una actividad y otra para evitar sustos fiscales.
Implicaciones fiscales y contables para autónomos y autónomos societarios
Combinar ambas figuras es cargar con dos mochilas. A nivel fiscal y contable, esto se traduce en una carga doble, tanto en obligaciones como en gestiones.
Esto es lo que tienes que tener en cuenta para no sentirte perdido entre modelos, libros contables y pagos a Hacienda:
Fiscales
- Declaraciones separadas: Tendrás que presentar por un lado tus impuestos como autónomo (modelo 130 o 131, IVA con el 303, resumen anual 390…) y por otro, los de la sociedad (Impuesto de Sociedades, modelo 200, retenciones 111 y 115…).
- Doble IVA: Si realizas actividades con IVA tanto como persona física como a través de tu sociedad, deberás gestionarlo por separado. Cada figura lleva su propia contabilidad de IVA.
- Retribuciones a declarar: Si cobras un sueldo de tu sociedad como administrador o trabajador, eso genera IRPF que también hay que declarar (y retener).
Contables
- Contabilidad diferenciada: Tu actividad como autónomo irá por estimación directa o módulos, mientras que la sociedad debe llevar contabilidad mercantil conforme al Plan General Contable. Vamos, que no vale mezclar cuentas.
- Libros contables distintos: Como autónomo, tendrás que llevar libros de ingresos, gastos, bienes de inversión y facturas. La sociedad, en cambio, debe llevar libro diario, libro de inventarios y cuentas anuales.
- Separación estricta de cuentas bancarias y facturación: Nada de usar la misma cuenta para ambas actividades. Hacienda lo puede ver como una mala práctica (o algo peor).
Si vas a lanzarte con ambas figuras, lo ideal es contar con asesoramiento para no liarla con el papeleo. Y para eso están los asesores expertos de Ayuda T Pymes. Tu les dejas todo el papeleo y ellos se encargarán de todo 😉
Ventajas e inconvenientes de tener ambos perfiles
Ojo, porque combinar ambas figuras puede darte mucha libertad o más de un dolor de cabeza. Aquí te dejo los pros y contras bien claritos para que tomes la decisión con todas las cartas sobre la mesa:
Ventajas
- Flexibilidad de actuación: Puedes operar como persona física para ciertas actividades y como sociedad para otras más complejas o con más riesgo.
- Optimización fiscal: Según cómo estructures tus ingresos, puedes reducir carga fiscal dividiéndolos entre tu IRPF como autónomo y el Impuesto de Sociedades.
- Diversificación del negocio: Si tienes varios proyectos con naturalezas distintas, separarlos en figuras jurídicas diferentes puede ayudarte a organizarlos y protegerlos mejor.
- Imagen profesional: La sociedad puede transmitir mayor confianza ante clientes o inversores, mientras sigues manteniendo proyectos personales como autónomo.
Inconvenientes
- Doble papeleo: Tendrás que cumplir con las obligaciones fiscales y contables de ambas figuras, lo que se traduce en más trámites, declaraciones y tiempo.
- Costes de gestión más altos: Necesitarás asesoramiento más especializado y probablemente pagarás más por llevar la contabilidad y los impuestos de los dos modelos.
- Compatibilidad limitada en algunos casos: Hay actividades que podrían solaparse o generar conflictos si no están bien diferenciadas entre el autónomo y la sociedad.
- Mayor carga administrativa: Conciliar facturación, libros, cuentas bancarias y obligaciones legales para ambas figuras puede volverse un quebradero de cabeza si no lo gestionas bien.
La conclusión es que si puedes llevar las dos figuras a la vez, siempre que estés dispuesto a asumir el reto 😜
¿Y si soy socio en varias SL o tengo varios negocios?
Si lo tuyo es multiemprender también puedes estar tranquilo. La ley no te pone límites a la hora de participar en varias sociedades limitadas o tener varios negocios a la vez.
Lo importante es que sepas cómo organizarte y tributar para no acabar en líos con Hacienda o la Seguridad Social.
Pues ser tanto socio como administrado en varias SL, igual que puedes ser autónomo con más de una actividad económica. Pero ojo porque cada SL y cada actividad pueden implicar obligaciones fiscales y contables diferentes.
Mi consejos es que lo tengas todo bien separado y controlado 🙌
¿Tienes una SL de reformas, otra de eventos y además facturas como autónomo por diseño gráfico? Se puede; pero más te vale que tengas una buena planificación detrás.
Ser autónomo y autónomo societario a la vez no solo es posible, sino que puede ser una jugada estratégica si sabes cómo manejarlo. Si lo gestionas bien, puedes aprovechar lo mejor de los dos mundos y llevar tus negocios al siguiente nivel 👀
¿Te abruma tanto trámite y quieres centrarte en hacer crecer tu proyecto? En Ayuda T Pymes se encargarán de todo el lío fiscal, contable y administrativo para que tú solo tengas que preocuparte de emprender.
