En la empresa, los gastos se dividen en diferentes categorías, en función del tipo que sean. Existen los gastos directos, indirectos, fijos, variables…Una de esas categorías es la de consumos de explotación.
Conocer qué son, qué tipos de consumos de explotación hay y por qué son importantes es algo que puede tener relevancia dentro de la empresa.
Por eso, voy a explicártelo todo 😉
Qué son los gastos de explotación
Los gastos de explotación, también llamados gastos operativos, son todos aquellos gastos que son necesarios para que se desarrolle correctamente la actividad principal de la empresa.
Son los que hay que asumir para que el negocio funcione sin inconvenientes.
Qué tipos de consumos de explotación existen
Dentro de los consumos de explotación existen distintos tipos:
- Gastos de mano de obra. Aquí se incluyen los salarios y otras prestaciones sociales de los empleados. También los gastos de formación y desarrollo. Normalmente, la mayoría de los gastos incluidos en este grupo hace referencia a los sueldos de los empleados y otras personas relacionadas con la empresa. No son sólo el sueldo final de los trabajadores, también los impuestos como el IRPF, las cotizaciones a la Seguridad Social, etc.
- Gastos de consumo, mercaderías o materias primas. Depende de la actividad de la empresa que necesite materias primas para la fabricación de sus productos o simplemente otros consumos necesarios para la prestación de servicios. En este apartado entrarían la adquisición de dispositivos electrónicos, licencias de programas web, materias primas como maderas, etc
- Gastos fijos operativos. Son los costes que no varían en función del volumen de ventas o fabricación. Algunos de los más habituales son el alquiler de oficinas, suministros, servicios de limpieza, mantenimiento, transporte, comunicaciones, marketing y publicidad, etc.
- Otros gastos de explotación. Se engloban en esta categoría todos los que no encajan en ninguna de las anteriores. Varían en función del tipo de empresa y de su actividad. Pueden incluirse algunos como los siguientes:
- Aportaciones a mutualidades de previsión social. Hasta el 50% de la aportación es deducible.
- Reparaciones y conservación. Se incluyen todos los gastos de mantenimiento y repuestos excepto los que supongan una mejora. Estos últimos son una inversión amortizable en varios años.
- Servicios profesionales independientes. Son servicios que le presta a la empresa otros profesionales, como abogados, notarios y otros.
- Impuestos y tributos fiscalmente deducibles. Se incluyen algunos como el Impuesto de Actividades Económicas, el Impuesto sobre Bienes Inmuebles y otros tributos no estatales. Además, también los recargos y tasas estatales.
- Gastos financieros. Pueden ser intereses de los préstamos y créditos, los gastos de gestión por descuento de efectos comerciales, intereses de demora con Hacienda o los recargos por aplazamiento de pago de deudas.
- Amortizaciones. Se hacen amortizaciones anuales por el deterioro del inmovilizado que está directamente relacionado con la actividad.
Aunque todos sean consumos de explotación, es importante categorizar cada uno de ellos con su tipología, como veremos a continuación.
Importancia de los consumos de explotación
Tanto los ingresos como los consumos de explotación son fundamentales cuando se pretende llevar a cabo una buena gestión financiera en la empresa.
La diferencia de los ingresos de explotación y los gastos de explotación da el resultado de explotación final. Hay que tener en cuenta también en estos cálculos otros tipos de gastos deducibles y gastos extraordinarios.
Con el resultado final se sabe si la empresa tiene beneficios o pérdidas, antes de tener en cuenta los impuestos ni los resultados financieros.
Por tanto, los gastos de explotación sirven para hacer un análisis general de la situación de la empresa y cómo se está desarrollando su actividad principal.
Además, al diferenciarlos en distintas categorías, se puede tener una visión bastante completa sobre en qué gasta la empresa sus recursos. De esta forma se pueden cambiar las estrategias, recortar gastos o cambiar algunos aspectos para que los consumos de explotación no sean tan altos.
Ahora ya sabes que los consumos de explotación son los que se hacen necesariamente en una empresa para que se lleve a cabo correctamente su actividad. Son importantes para que la contabilidad se haga correctamente y poder calcular el resultado de explotación.
No obstante, si tienes dudas acerca de qué puede incluirse en los consumos de explotación, cómo calcular el resultado y otros aspectos relacionados con la contabilidad, mejor contacta con profesionales. El equipo de Ayuda T Pymes tiene el conocimiento y la experiencia necesarios para asesorarte y guiarte en todos los trámites y gestiones de tu negocio.